Por Claudius Lüder (dpa)
Durante mucho tiempo, las cubiertas anchas eran una cosa del tuning, sólo para los más apasionados del motor. Pero cada vez más autos los llevan ya de serie. Las gomas de 145x13 del Golf I de 1974 son vistas ahora ya casi como ruedas de repuesto.
Pero el del Golf no es un caso único. Por ejemplo, la mayoría de los Audi 100 del año 1983 se vendían con neumáticos de tamaño 185/70. Veinte años más tarde, su sucesor, el A6, fue equipado en la mayoría de los casos con gomas 205/60 R16, y en 2014 las cubiertas crecieron: actualmente se usan las 245/45 R18.
"Ahora hay necesidades técnicas con las que cumplen los neumáticos anchos y grandes", dice Ruprecht Müller, del centro técnico del Club del Automóvil Alemán ADAC, el más grande de Europa.
"Los autos de hoy en día pesan más y tienen más potencia, por lo que es necesaria una mayor superficie para estar seguro ante mayores velocidades en curva. Cuanto más anchos son los neumáticos, más potencia puedo poner en la ruta", explica Müller.
La adherencia crece también con el ancho de la goma. Mientras que a final de los años 70 la velocidad máxima con los neumáticos de serie era de 210 km/h, ahora es de 360 km/h. Y para poder frenar con mayores velocidades, crece el diámetro de las ruedas para que los fabricantes puedan incorporar discos de freno más grandes.
Pero las cubiertas más anchas, bajo determinadas circunstancias, pueden ser negativas para la resistencia a la rodadura y eso hace que aumente el consumo, porque hay más goma apoyada en el suelo. La resistencia a la rodaduda nace de la deformación del neumático al arrancar.
"Se puede explicar como una pequeña ola que se forma cuando la goma apoya", explica Klaus Engelhart, del fabricante de neumáticos Continental. La superficie que se aplasta cada vez es del tamaño de una postal. Esa ola empuja de forma permanente al neumático. Para minimizarla, la industria del automóvil sigue buscando la mezcla óptima de carcasa, componentes y perfil.
En los últimos 30 años, esa resistencia se ha reducido un 30%. Según Continental, el valor de resistencia en el año 2000 en neumáticos del tamaño 185/60 R14 era de 11,7 CR; actualmente es de sólo 8,6. Los ingenieros también logran con ello reducir la distancia de frenado, algo que se consigue también con las cubiertas más anchas. Un neumático actual 225/45 R17 alcanza un valor CR de 7,9.
Engelhart lo explica por el mayor diámetro: "Cuanto más grande es una rueda, menor es la superficie de presión, por lo que la resistencia de rodado se reduce". Quien quiera ahorrar combustible debería optar por las ruedas de 20 pulgadas, aunque queda en cuestión saber si el mayor precio compensa el ahorro.
Que el consumo no se reduzca en la misma medida que la resistencia de rodado es una cuestión de todo el vehículo. Los neumáticos sólo influyen un 20% en el consumo. El peso del vehículo también es decisivo, así como el motor y la forma de conducir. Quien desee cuidar el gasto de combustible y los neumáticos debe evitar arrancar y frenar bruscamente, así como neumáticos exageradamente anchos que no se correspondan con la suspensión y el chasis.
Müller aconseja el tamaño más habitual del mercado, ya que así se consigue una buena relación precio-rendimiento. La diferencia en el consumo de combustible oscila entre mínimos de 0,1 a 0,3 litros.
Como la óptica deportiva sigue siendo una tendencia, en el futuro las gomas no serán estrechas. "Hay que observar una tendencia ahora por la especialización", dice Engelhart. De este modo, en los deportivos, los neumáticos serán más anchos y más grandes en el caso de los SUVs, mientras que en los pequeños se mantendrán en tamaños más reducidos. "Precisamente en el segmento de pequeños se trata de no limitar más el interior con huecos para ruedas muy grandes", explica el experto.
En tanto, las nuevas gomas para los vehículos eléctricos están concebidas para devorar kilómetros. Estos autos logran, gracias a su banda de rodadura más estrecha, menor peso y ruedas anchas de 20 pulgadas, los mejores valores CR. El éxito se basa también en que esos neumáticos no están pensados para el rendimiento deportivo, sino para lograr una amplia autonomía.
La resistencia óptima a la rodadura la ofrecen las gomas de una bicicleta de competición: son grandes, delgadas, duras y con una reducida superficie de apoyo. De ese ejemplo pueden aprender los conductores manteniendo siempre vigilada la presión del aire. "La presión es por lo general muy importante para el consumo de combustible, puesto que influye directamente en la resistencia a la rodadura", explica Müller.
Quien, por ejemplo, circule mucho por una autopista, debería inflar más los neumáticos, porque una goma dura da mejores prestaciones de rodado.
FUENTE: dpa