Ford Tremor: Conquistando Villa La Angostura con la F-150 y la Maverick Tremor

Manejamos la nueva línea especial de camionetas en distintos tipos de terreno. Galería de fotos

Augusto Brugo Marcó

En la inmensidad de la cordillera patagónica, donde los senderos serpentean entre bosques milenarios y lagos de un azul hipnótico, la línea Tremor de Ford se alzó como protagonista de una caravana inolvidable. Villa La Angostura, con su aire puro y sus paisajes que cortan el aliento, fue el escenario perfecto para poner a prueba la Ford F-150 Tremor y la Maverick Tremor, dos pickups que encarnan el espíritu de la aventura sin renunciar al confort ni a la versatilidad. Pero esta experiencia no solo fue sobre caminos y motores: también fue un banquete para los sentidos, coronado por los sabores únicos del chef Germán Martitegui y un circuito técnico que desafió los límites de las Tremor en el marco del encantador lago Hermoso.
Ford Tremor
Ford considera que las versiones Tremor de sus pick-ups F-150 y Maverick cruzan a la marca de manera transversal porque estas versiones combinan elementos de diseño, funcionalidad y capacidad que apelan a una amplia gama de clientes, rompiendo las barreras tradicionales entre los distintos segmentos de s de pick-ups.

El lienzo patagónico y las Tremor

Partimos desde el Hotel Correntoso, con el lago Nahuel Huapi destellando bajo el sol como un espejo de zafiro. El itinerario prometía emociones: caminos de ripio, senderos forestales y pendientes que pondrían a prueba la robustez de las Ford F-150 y Maverick Tremor. Estas pickups, con su diseño perosnal y tecnología avanzada, no solo están pensadas para conquistar terrenos difíciles, sino también para seducir a quienes buscan un vehículo que combine estilo,  funcionalidad y un toque de rebeldía.
Ford Tremor
La F-150 Tremor, con su motor Coyote V8 5.0L de 400 CV, suspensión off-road recalibrada y neumáticos todoterreno, es imponente en cualquier paisaje. La Maverick Tremor, por su parte, sorprende en el segmento compacto con su motor 2.0L EcoBoost de 253 CV, tracción integral y una agilidad que la hace sentir como en casa tanto en senderos estrechos como en la ciudad. Ambas comparten el ADN Tremor: parrillas con detalles en naranja cobre, ganchos de rescate y un interior que fusiona rudeza y sofisticación, posicionándolas como un puente entre las versiones estándar (XLT, Lariat) y las extremas (Raptor).

La danza de las Tremor en la Patagonia

El recorrido comenzó con la Maverick Tremor, una pickup que redefine lo que una compacta puede lograr. En los sinuosos caminos de Villa La Angostura, su dirección precisa y su construcción autoportante (heredada del Bronco Sport) la convirtieron en una aliada ágil, sorteando curvas y senderos estrechos con solvencia. En un tramo de ripio salpicado de piedras sueltas, sus neumáticos off-road y el sistema de tracción 4x4 con control de torque se lucieron, manteniendo el control incluso cuando una rueda trasera quedó suspendida en el aire. Su interior, con una pantalla de 13,2 pulgadas, sistema Sync 4 y asientos con detalles en naranja, resultó cómodo y funcional, perfecto para disfrutar del atardecer junto al lago Hermoso.
Ford Tremor
Luego, llegó el turno de la F-150 Tremor, una pick up que impone respeto con solo mirarla. En la ruta, su suspensión absorbía las irregularidades con una suavidad asombrosa para su tamaño, mientras su interior, con asientos de cuero, pantalla táctil de 12 pulgadas y asistencias Ford Co-Pilot360, ofrecía un lujo robusto. En un circuito técnico especialmente diseñado cerca del lago Hermoso, la F-150 Tremor demostró su temple. Activando el modo Rock Crawl y el Trail Control, sorteó rocas, raíces y pendientes embarradas con una autoridad que rozaba lo sobrenatural. El diferencial delantero maximizó la tracción en un tramo pantanoso, y su capacidad para cruzar un río caudaloso reafirmó que está a la altura de una Raptor, pero con una versatilidad que la hace ideal para el día a día.

Un festín junto al lago Hermoso

El clímax de esta aventura no estuvo solo en los caminos, sino en una experiencia gastronómica que elevó el viaje a otro nivel. A orillas del lago Hermoso un cielo que se teñía de tonos dorados, el reconocido chef Germán Martitegui desplegó su magia culinaria para el grupo de la caravana. En un entorno donde la naturaleza parecía abrazarnos, degustamos manjares que capturaron la esencia de la Patagonia: ciervo tiernizado, cuya textura se deshacía en la boca; trucha fresca, cocinada con la delicadeza que solo un maestro puede lograr; mollejas crujientes, llenas de sabor; y panqueques a las brasas, cuya dulzura ahumada era un canto a la tradición patagónica. Fue un recordatorio de que la aventura no solo se vive al volante, sino también en los sentidos.
Ford Tremor
Comparativa: dos almas, un mismo espíritu

La F-150 Tremor es la elección para quienes buscan potencia descomunal, capacidad de carga y una presencia que domina cualquier escenario. En los tramos abiertos de Villa La Angostura, brilló con autoridad, aunque su tamaño la hace menos ágil en senderos estrechos. La Maverick Tremor, en cambio, es la reina de la maniobrabilidad y la eficiencia. Su capacidad off-road, aunque no iguala a la F-150, supera con creces a sus competidores en el segmento compacto, ofreciendo una experiencia divertida y accesible (a $53.700.000 frente a los $112.455.000 de la F-150).
Ford Tremor
Ambas comparten la esencia Tremor: un diseño funcional con toques distintivos, suspensiones optimizadas y tecnología que inspira confianza. En un sendero embarrado cerca del río, la Maverick sorteó obstáculos con agilidad, mientras la F-150 se impuso en pendientes y cruces de ríos con una fuerza sinigual.

Conclusión: la libertad de explorar, el placer de saborear

Esta caravana por Villa La Angostura fue mucho más que una prueba de manejo: fue una celebración de la libertad, la naturaleza y los sentidos. La Ford F-150 Tremor y la Maverick Tremor demostraron que están listas para cualquier aventura, desde senderos técnicos hasta rutas urbanas. La experiencia gastronómica junto al lago Hermoso, con los platos de Germán Martitegui, y el circuito técnico que desafió a la F-150 Tremor, completaron un viaje que quedará grabado en la memoria. Mientras el sol se hundía tras el Nahuel Huapi, una certeza brillaba tan clara como el lago: con una Tremor, no hay límite para el camino, ni para los sabores que lo acompañan.
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