Lando Norris logró una gran victoria con McLaren en el Gran Premio de Australia, la primera carrera del año en la Fórmula 1. La competencia estuvo marcada por la lluvia y varios accidentes, pero en Argentina, todas las miradas estaban puestas en Franco Colapinto. Desde el box de Alpine, el joven piloto argentino observó la carrera sin moverse, mientras su compañero Jack Doohan vivía un debut para el olvido.
El piloto de la escudería sa, presionado por su estreno en la F1 y corriendo ante su público, tuvo un fin de semana complicado, ya que sufrió bastante en las prácticas y la clasificación. Pero lo peor llegó en la carrera: Doohan perdió el control en un sector que no parecía presentar mayores dificultades y terminó destruyendo su monoplaza contra el muro de contención a segundos del inicio de la carrera. El debut fue decepcionante que, en un entorno tan competitivo, dejó su futuro en Alpine en una posición delicada.
En el otro auto, Pierre Gasly tampoco tuvo una actuación destacada. Pasó la mayor parte de la carrera en los últimos puestos de puntos y finalmente terminó en la 11° posición, a más de 26 segundos del ganador. Mientras tanto, en Alpine ya empiezan a hacer cuentas, y Flavio Briatore no estará nada contento con los gastos adicionales tras el incidente de Doohan.
Para Colapinto, la situación fue tensa. Apenas habló con la prensa, siguiendo órdenes del equipo, y se mantuvo impasible durante toda la jornada. En un ambiente donde cualquier gesto o comentario puede interpretarse de mil maneras, su mejor estrategia fue observar a sus compañeros en silencio. A su vez, su sustituto en Williams, Carlos Sainz, siguió los mismos pasos de Doohan poco tiempo después de que el australiano quedara fuera de carrera.
Sin embargo, el joven argentino se llevó de Australia el sueño de volver a estar en la F1 en las próximas carreras. El mal inicio de Doohan podría abrirle una puerta en el equipo, y con Briatore observando cada detalle, el pilarense sabe que la oportunidad puede llegar antes de lo esperado.
