Alguien llega a Tokio, sale del aeropuerto, mira hacia el estacionamiento y parece estar frente a una juguetería. Entre las limosinas de lujo y las camionetas todoterreno hay miles y miles de pequeños autos, que parecen más para un niño que para andar por la calle. Es el nuevo éxito en Japón, los pequeños "Kei Cars".
Los Kei Cars tienen actualmente una participación de mercado del 40% en Japón, dice el diseñador de Nissan Satoru Tai. En 2014, el 41% de los 5,6 millones de autos nuevos en el país medía menos de 3,4 metros de largo, menos de 1,48 metros de ancho y tenía una cilindrada máxima de 660 centímetros cúbicos.
Los japoneses vuelven a estar un paso adelante e imponen tendencia en el mundo: no sólo lograron reducir los motores, sino todo el auto. "Las ciudades aquí son tan estrechas y están tan llenas, que hay que escatimar el espacio", explica el diseñador alemán Tobias Nagel, que trabaja desde hace tiempo para la industria japonesa.
El éxito de los Kei Cars no se basa únicamente en el sentido común de los japoneses. "En las grandes ciudades los lugares para estacionar son un bien escaso y las calles muchas veces son bastante estrechas. Para poder avanzar sin dificultad en ese tránsito se necesita tener un auto que sea lo más compacto y angosto posible", dice Junya Kumataki, responsable de planeamiento de producto en Suzuki.
Además, este tipo de autos cuenta con promoción estatal en Japón, aclara Kumataki. A pesar de que hubo una suba del impuesto automotor, sólo se paga un tercio de lo que deben abonar los dueños de la siguiente categoría de vehículos. Lo principal es que no tienen gasto de patente, dice Tai, al tiempo que agrega: "En Tokio, para registrar un auto normal se debe certificar que se cuenta con un lugar de estacionamiento, que cuesta unos 3.000 euros por mes". Una obligación que no tienen los Kei Cars.
Cuanto más chicos son los autos, mayor es el despliegue de los que los desarrollan. Según Tai, no hay otro tipo de vehículo en el que se trabaje tan duramente por cada milímetro: "En comparación, un auto deportivo o una limosina de lujo son un juego de niños".
Para comprobar los esfuerzos de Tai y sus colegas hay que mirar detenidamente estos autos. Por fuera, los Kei Cars parecen todos iguales. "Sobre todo porque los requisitos son tan ajustados que llevan al mismo concepto de carrocería: una especie de carretilla sobre ruedas", ite Tai. Pero por dentro los diseñadores pueden darse el gusto. No sólo varían formas y colores: los adornan con coloridas alfombras y graban figuras de cómics en las consolas, e incluso algunos tienen ganchos para las llaves, cajones o diversos tipos de asientos.
Tampoco se escatiman gastos en el equipamiento. "La gente quiere un auto pequeño, pero no necesariamente barato", dice un portavoz japonés de Toyota en relación a las puertas corredizas eléctricas, los limitadores automáticos de velocidad, el tapizado de cuero o el aire acondicionado con los que cuentan.
Pese a que hay modelos como el Suzuki Hustler, el Daihatsu Tanto o un Honda N-Box que pueden conseguirse por menos de 10.000 euros, la mayoría de los vehículos valen casi lo mismo que un automóvil compacto.
En el tema de los motores sí que hay diferencias. A pesar de que los japoneses usan motores turbo, la mayoría de los pequeños motores no superan los 64 CV. Por eso, una joya como el Nissan Dayz Roox necesita unos diez segundo para ir de cero a 100 km/h y no puede ir a más de 140 km/h. De todas formas, esto no molesta a nadie en un país en el que no hay lugar en el que se pueda circular a más de 100 km/h, dice Tai.
Eso sí, son divertidos. El mejor ejemplo es el Honda S 660, un descapotable biplaza que es considerado uno de los autos deportivos más pequeños del mundo. Este modelo tiene una cilindrada de 660 centímetros cúbicos y 64 CV, pero su caja de cambios de seis velocidades y su fuerte chasis permiten sentirse un poco como en la película "The Fast and the Furious: Tokyo Drift".
En Tokio, este tipo de autos puede apasionar a los turistas, pero fuera de Japón, donde hay más lugar en las calles y el tránsito no está tan reglamentado, los Kei Cars tienen poca aceptación. Más allá de Daihatsu, nadie hizo hasta el momento un intento serio por exportarlos.
Ejecutivos como el jefe de Honda Takahiro no descartan por ahora la venta a nivel global. Pero lo que hace tan únicos a los Kei Cars es que se ajustan a las normas japonesas y al gusto japonés. "Cuando tengamos que tener en cuenta a todo el mundo, se harán autos para el gusto mundial", sospecha Tai.
FUENTE: Thomas Geiger (dpa)